Cuando hay buen rollo desde el primer día creo que los novios se olvidan del fotógrafo y se centran en disfrutar de SU día. Y así fue la boda de Nerea e Iván desde que comenzaron a prepararse tranquilamente en sus casas acompañados de sus familias, sin nervios y felices.
Fue genial ver al novio paseando por las calles de Foncastín, acompañado por los músicos, en un ambiente festivo y muy castellano. Me encantan estos detalles folklóricos en las bodas, y tienen aún más encanto en los pueblos pequeños, donde todo queda en familia.
En la ceremonia pasamos un poco de calor, pero vivimos momentos muy emotivos, y alguna sorpresa con las abuelas, donde hubo lágrimas de alegría y emoción en muchos asistentes.
El banquete y la fiesta se celebró en el Picnic de Pedrajas de San Esteban, con un cocktail espectacular, y un comedor moderno y acogedor, y una pedazo discoteca donde se montó una fiesta bastante gorda que duró hasta bien entrada la noche (creo que más de uno llegó a su casa acompañado del sol)
Cada boda para mi es un reto donde lo doy todo, y en esta de Nerea e Iván quise dar un pasito más, y proyectar en el baile un video con las fotos que fui tomando a lo largo del día. Y a pesar de la dificultad, el resultado fue un éxito, y tanto a novios como invitados creo que consiguió sorprenderles y emocionarles.
Pero bueno, mejor que con palabras prefiero expresarme con mi trabajo. Os dejo con un video que espero que os guste: